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La falsa humildad que frena a muchas mujeres con negocios (y cómo empezar a liderar de verdad)

Cuando la inseguridad se disfraza de humildad


“A veces siento que liderar equipos quizás no es lo mío…”

“Yo no nací para esto.”

“Prefiero no complicarme.”


¿Te suenan estas frases? Estas son algunas de las frases  que muchas de nosotras repetimos en silencio cuando algo en nuestro negocio se nos hace cuesta arriba. Parecen inofensivas… incluso “humildes”. Pero la verdad es que, muchas veces, no son humildad: son inseguridad disfrazada, y sin darnos cuenta, se convierten en un freno silencioso que nos mantiene en el mismo lugar.


Hace poco, en una conversación con una clienta, ella me dijo exactamente esto: “A veces siento que liderar equipos quizás no sea lo mío”. Estaba atravesando una etapa retadora con su equipo y comenzó a sobreidentificarse con esa idea, como si fuera una verdad absoluta. La escuchaba y, mientras hablaba, me veía a mí misma unos años atrás. Yo también pasé por ahí.


Emprender no es un camino lineal, dirigir un negocio y liderar personas tampoco. Y sin embargo, muchas sentimos que si no “nos sale bien a la primera”, entonces no es para nosotras.


Liderar también se aprende (como todo lo importante)


Nadie llega al mundo sabiendo liderar un negocio. Así como un día tuvimos que aprender nuestra profesión, pasando por clases, errores, prácticas y años de experiencia,  o como hemos tenido que aprender a ser mamás (en el caso de muchas que lo son) , enfrentándonos a etapas nuevas sin manual perfecto, liderar también es un proceso que se construye en el camino.


No fue de la noche a la mañana que aprendimos a tomar decisiones importantes, resolver imprevistos o sostener responsabilidades grandes… y liderar un negocio no es la excepción.


Muchas llegamos a este camino desde profesiones completamente distintas y otras sin títulos formales, pero con un ingrediente especial: una visión que nos mueve. ¿Cómo podríamos esperar que todo nos salga perfecto desde el día uno? No sería realista.


Liderar, delegar, entender números, diseñar estrategia… son caminos de aprendizaje. Cada uno con su propia curva, con tramos más fáciles y otros llenos de baches que ponen a prueba nuestra paciencia, confianza y resiliencia.


A mí también me pasó. Hubo momentos en los que me sobre identifiqué con mis propias brechas: confundí “no sé hacerlo aún” con “esto no es para mí”. Pero con el tiempo entendí que aprender es parte del rol que elegí asumir. Y que crecer como líder significa también entrenar habilidades que, probablemente, nadie nos enseñó antes.


Cuando normalizamos esto, dejamos de sentir que hay algo mal en nosotras  y empezamos a vernos como lo que realmente somos: mujeres construyendo, paso a paso, con la valentía de aprender sobre la marcha.


La verdadera humildad no es achicarse


Muchas veces confundimos humildad con achicarnos.Creemos que ser humildes es minimizar lo que hacemos, no “complicarnos demasiado” o no atrevernos a ocupar espacios de liderazgo. Pero ya nos dimos cuenta que no es humildad, es miedo al rechazo pero bien maquillado. 


La verdadera humildad  en realidad no es negarte a ti misma.La verdadera humildad es reconocer lo que aún no sabes, pedir ayuda cuando la necesitas y darte permiso de entrenar nuevas habilidades.


Tener un negocio no nos convierte automáticamente en expertas. Liderar no significa saberlo todo. Significa estar dispuestas a crecer.Y aquí está la clave: cuando asumimos esta postura, dejamos de vernos como si estuvieramos fallando y empezamos a vernos en evolución.


Además, hay un punto que pocas veces decimos en voz alta:Elegimos tener negocios  como parte de nuestra propia evolución.A través de nuestros negocios aportamos talento, propósito y visión al mundo. Pero eso no significa que tengamos que sobreexigirnos ni castigarnos por no dominar todo desde el principio.


Reconocer vacíos no nos hace pequeñas. Nos hace estratégicas. 

De la falsa humildad a decidir con impacto


Cuando nos escondemos detrás de la falsa humildad, terminamos tomando decisiones desde el miedo: miedo a equivocarnos. Miedo a no estar “listas”. Miedo a que las cosas salgan mal.


Y cuando decidimos desde el miedo, lo que viene es improvisación… y resultados mediocres. En cambio, cuando reconocemos nuestras brechas y elegimos entrenar lo que falta, empezamos a tomar decisiones con impacto real en el negocio.


¿Dónde poner el foco? En los pilares base del negocio, esos que nos permiten pasar del “corre corre” al “marcar dirección”:


  • Números: aprender a leerlos para tomar decisiones con claridad. También es trabajar nuestra relación con el dinero y con el crecimiento.

  • Delegar: construir confianza y aprender a soltar el control sin desaparecer del mapa.

  • Estructura: ordenar procesos para que el negocio no dependa solo de nosotras.

  • Estrategia: permitirnos visionar, marcar rumbo y crecer con intención.


Cada uno de estos pilares no solo exige habilidades técnicas; también nos invita a trabajar internamente: soltar miedos, reconfigurar creencias, asumir nuestro rol con mayor responsabilidad.


Este es el puente con el enfoque del mes: “Decidir con impacto.”


No se trata de tenerlo todo resuelto, sino de construir claridad mientras avanzas


Liderar con dirección es una decisión


Liderar no es un don reservado para unas pocas.Es una habilidad que se aprende, se practica y se fortalece con el tiempo, igual que cualquier otro rol importante que elegimos asumir.


Y aquí está la buena noticia: no tienes que recorrer el camino sola Reconocer tus vacíos no te hace menos capaz; te hace una mujer estratégica que toma las riendas de su negocio con conciencia. ✨


Eso es justamente lo que trabajamos en mi mentoría: un proceso diseñado para acompañarte a construir las bases que te permitan liderar con claridad y dirección.Vas a mirar tu negocio con otros ojos, ordenar lo que hoy te abruma, crear estructura para delegar con confianza y alinear tu estrategia con la visión de vida que realmente quieres sostener.


Porque cuando decides desde la claridad, tus acciones empiezan a generar impacto real.Y eso se refleja en tus resultados, en tu equipo y, sobre todo, en la forma en que te sientes al frente de tu negocio. 🌿


 Si sientes que estás lista para liderar con más claridad y dirección, este es el momento de dar el siguiente paso.








 
 
 

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