top of page
Search

Antes de pedirle más a tu negocio, pregúntate algo con honestidad: ¿puedes sostenerlo?

Hay una verdad incómoda que he comprobado en mi propio camino y al acompañar a otras mujeres con negocios: el negocio siempre refleja el techo interno de quien lo dirige.

No importa cuántas horas trabajes, cuánta estrategia apliques o cuántas ofertas lances… Si tú no expandes tu crecimiento interno, tu negocio no va a crecer como quieres. Y no es una cuestión de capacidad, sí sabes, sí puedes, el tema es que sin darte cuenta estás tomando decisiones filtradas por miedo, por creencias limitantes y por viejos patrones que te estancan.


Por eso a veces pasa que:


  • Sabes lo que tienes que priorizar… pero igual lo postergas.

  • Sientes dentro de ti que puedes ir por más… pero te saboteas con excusas muy lógicas.

  • Tienes una visión que te gustaría manifestar… pero el día a día no está alineada con ella.


No es estrategia lo que te falta.


Es la fortaleza interna para sostener lo que quieres construir.

El negocio crece al ritmo de quien lo dirige 


El crecimiento del negocio no solo depende de tener buenas propuestas, una estrategia clara o un equipo comprometido. Depende de ti.


De tu nivel de autoconfianza, de tu relación con la incertidumbre, de cómo gestionas la duda, la presión y la responsabilidad. Depende de cuánto te conoces y de cuánto eres capaz de dirigirte a ti misma antes de dirigir un negocio, y eso, es autoconocimiento puro, y es un camino que se transita con intención.


Este artículo tiene la intención de invitarte a integrarlo como parte real del desarrollo de tu negocio. Quiero dejar algo claro: que esto no va  solo como “crecimiento personal”; estoy hablando de autoconocimiento aplicado al negocio. De mirarte hacia adentro para entender cómo estás tomando decisiones y desde dónde estás operando hoy.


Porque si:


  • Te cuesta poner límites, vas a tolerar clientes o equipos que drenan tu energía.

  • No confías en ti, vas a validar cada decisión con otros antes que contigo.

  • Asocias crecimiento con caos, vas a frenar oportunidades aunque digas que quieres más.

  • Te da miedo dirigir, vas a esconderte detrás del “no estoy lista aún”.


Lo sé, porque yo también pasé por ahí.


No se trata solo de volvernos “pro” en estrategia. Sí, desarrollar una mentalidad estratégica es importante, es parte del rol que elegimos… pero es igual de importante construir estructura adentro (autoconocimiento = capacidad de autoobservación + reflexión). Eso es lo que realmente nos permite sostener la incomodidad que viene una y otra vez con los retos de este camino.


Lo que cambió mi crecimiento (cuando dejé de buscar respuestas afuera)


Cuando identifiqué que traía una creencia base asociada con “más”, entendí por qué me costaba tanto avanzar al siguiente escalón. Crecer, para mí en ese momento, se sentía forzado, pesado, con una incertidumbre difícil de gestionar.


Hoy veo que no era que no pudiera crecer, era que mi capacidad interna para sostener ese crecimiento estaba limitada.


Y esto solo pude identificarlo a través de un trabajo profundo de autoconocimiento. Ese trabajo me permitió hacer el match entre mis “lentes” (mis creencias inconscientes) y los resultados de mi negocio.


No me faltaba estrategia. Me faltaba conocerme para liderar diferente: reconocer mis patrones, mis miedos más arraigados, mi forma de tomar decisiones cuando estoy bajo presión, mis creencias heredadas sobre el éxito y el dinero.


Y aquí está la parte clave: los negocios no crecen solo por estrategia. Crecen al ritmo del nivel de confianza del liderazgo que los sostiene (vuelve a leer esto las veces que sea necesario)


Sin esa base interna, todo se tambalea:


  • Vendes, pero las ventas son tibias.

  • Creces, pero se siente demasiado agotador.

  • Delegas, pero vuelves a agarrarlo todo.

  • Vas y vuelves porque, internamente, no hay una base interna que lo sostenga.


Entonces, ¿por dónde empiezas?


El autoconocimiento no es un lujo ni un concepto espiritual aparte. Es una dirección estratégica aplicada a tu negocio.


Cuando no te conoces, óperas desde el automático, repites patrones y te saboteas sin darte cuenta. Pero cuando empiezas a mirarte de verdad, todo cambia: tu relación con el dinero, tus decisiones, tu energía y tu capacidad de sostener el crecimiento.


Te dejo 3 preguntas  para comenzar a integrar el autoconocimiento dentro de tu estrategia de negocio (de forma práctica y aterrizada):


  • ¿Qué decisión en tu negocio vienes postergando porque te incomoda tanto que prefieres evadir? (esta decisión te habla de probablemente un miedo profundo que te mantiene paralizada)


  • ¿Qué área de tu negocio te genera más ruido interno: ventas, equipo o estructura? (esa es la primera en la que debes profundizar para ver que te dice de ti).


  • ¿Qué habilidad interna necesitas desarrollar para sostener el siguiente nivel? Elige una: claridad, enfoque, límites, confianza o dirección.


Porque al final, tu negocio no crece cuando haces más.


Crece cuando tú creces primero.

Ahora cuéntame, con honestidad: ¿Cuál de las 3 preguntas te habló de frente sobre lo que necesitas abordar con prioridad en tu negocio?


Te leo.


 
 
 

Comments


bottom of page